jueves, 9 de agosto de 2007

Tarde (muy muy tarde) pero sin sueño...


Esta es la exposción de Ricardo Salcido, que hace ya meses se presentó en el Instituto Municipal del Arte y la Cultura de Durango, en el Salón de proyectos.
En Regato208 agradecemos el apoyo de la entonces alcaldesa de Durango, Lic. Amalia Ibarra Gómez: de la Directora del IMAC, Ing. Corín Martínez Herrera y del Subdirector del IMAC, Carlos Cázares Ramírez, al Igual que a todos aquellos que de un modo u otro hicieron posible este evento, a los asistentes y a los representantes de los medios.
Aquí esta el link a la nota publicada en El Siglo de Durango.

Este era un renacuajo ...y otras historias de error.

Vivieron felices y comieron perdices...
Obra gráfica y dibujo de Ricardo Salcido Piñera.





“Este era un renacuajo triste, solitario y jodido”, qué mejor manera de comenzar una historia tormentosa y patética.



La obra de Ricardo Salcido es sumamente peculiar: narrativa, delicada, y nostálgica, tiene la cualidad de despertar la compasión y la ternura del espectador. La retórica empleada por Salcido es sumamente sencilla y por lo mismo facilita la comprensión por parte de quien contempla su obra y le permite imaginar los nudos y desenlaces de las casi-historias que cada pieza nos propone. Todo está en nuestras manos y cada quien ve lo que quiere ver.


Su trabajo encuentra inspiración en la tradición del arte secuencial o historieta, la narratividad es pues, esencial, y se ve respaldada en su discurso narrativo por el propio discurso estético y el tratamiento formal de cada pieza. Los dibujos con estética infantil se esfuerzan tanto en ser ingenuos que de verdad terminan siéndolo, todo ello con un elemento de humor que contrasta con la aparente falta de policía que desprende su obra. Las palabras altisonantes en esta ocasión no hacen sino contribuir a la simpatía que estos dibujos trazados con las vísceras nos despiertan.


Lejos de ser un catalogo de desventuras, las piezas que Salcido nos presenta en esta, su primera exposición, nos invitan, de una manera que raya en lo cursi –hay que decirlo –a extrapolar, a ver dentro de nosotros mismos, a rascar y escarbar en nuestro interior parar buscar lo mejor del alma humana y encontrar ese sentimiento, cosa o invento que a veces se nos olvida que existe: la esperanza. Y es que cuando las circunstancias son tan agobiantes que queremos mandar todo a la chingada sólo nos queda esperar el final feliz.
Jorge Armando Ortega del Campo






La obra




La catarsis (¡Ah, que rico!)
Inyección de tinta sobre lona plástica
50x100 cm
2007

Duele un poco no tenerte.
Inyección de tinta sobre lona plástica
73x100 cm
2007


Un extraño vacío.
Inyección de tinta sobre lona plástica
70x100 cm
2007


Moraleja: El machete puede más que la constancia.
Inyección de tinta sobre lona plástica
58x100 cm
2007


Part of me
Inyección de tinta sobre lona plástica
116x100 cm
2007


Traición al atardecer
Inyección de tinta sobre lona plástica
128x100 cm
2007


El vato loco que siempre va a la ferretería
Inyección de tinta sobre lona plástica
87x100 cm
2007


Patoaventuras en el mar
Inyección de tinta sobre lona plástica
100x85 cm
2007


Este era un renacuajo que tenía una pistola.
Agua y papel mágico
20x25 cm
2007


Este era un renacuajo dragón.
Agua y papel mágico
20x25 cm
2007


Este era un renacuajo desnutrido.
Agua y papel mágico
20x25 cm
2007

Este era un renacuajo tan noble
que prefirió comerse a sí mismo
antes que a sus hermanos.
Agua y papel mágico
20x25 cm
2007

Este era un renacuajo triste, solitario y jodido.
Agua y papel mágico
20x25 cm
2007

Este era un renacuajo con Complejo de Edipo.
Agua y papel mágico
20x25 cm
2007


Este era un renacuajo alcohólico.
Agua y papel mágico
20x25 cm
2007


Este era un renacuajo que vendió su alma al diablo.
Agua y papel mágico
20x25 cm
2007
Este era un renacuajo jorobado.
Agua y papel mágico
20x25 cm
2007


Este era un renacuajo con el corazón hecho mierda.
Agua y papel mágico
20x25 cm
2007
Este era un renacuajo que nunca maduró.
Agua, papel mágico y algodón
20x25 cm
2007

Estos eran dos renacuajos siameses.
Agua y papel mágico
40x25 cm
2007
Este era un renacuajo que fumaba placebos.
Agua y papel mágico
20x25 cm
2007

miércoles, 1 de agosto de 2007

Chulo de bonito...

El Jabberwocky
Traducción según Adolfo de Alba
-
Era la asarvesperia y los flexilimosos toves
giroscopiaban taledrando en el vade;
debilmiseros estaban los borogoves;
bramatchisilban los verdilechos parde.
-
¡Cuidado con el Jabberwocky, hijo mío!
¡Cuídate de las mandíbulas que muerden,
de las garras que apresan!
Cuídate del pájaro Rapiña y del altanero Halcón.
-
Empuñó él su tajante espada,
y contempló a su terrible enemigo largo rato.
Se puso a la sombra del árbol tumtum
y duró un rato cavilando.
-
Luego, de un brinco, púsose presto,
y la mala bestia, con ojos fulgurantes
llegó resoplando por el sombrío bosque,
y al acercarse aullaba.
-
¡Uno, dos! ¡Uno, dos!
Sin cesar la filosa espada daba tajos.
Muerto lo dejó, y, cortándole la cabeza,
de allí se alejó presto.
-
-¿Mataste al fin a la mala bestia, al tremando Jabberwocky?
¡Ven a mis brazos, niño querido!
¡Hermoso día! ¡Hurra! ¡Hurra!-
gritaba con alegría.
-
Era la asarvesperia y los flexilimosos toves
giroscopiaban taledrando en el vade;
debilmiseros estaban los borogoves;
bramatchisilban los verdilechos parde.
Lewis Carrol



Las piezas de la serie Pimper de Ricardo Luján son cúmulos de elementos comúnmente utilizados en los tatuajes. Resultan ser un aglomerado de estas imágenes que han sido desarticuladas y armadas casi al azar en composiciones de marcada rigidez geométrica donde la coherencia aparece evidentemente subordinada al ornamento y la estructura formal.


Pimper es un termino del inglés antiguo que significa algo así como “vestir con elegancia”, probablemente de esta palabra surge el termino pimp.


Lo que hace Luján en su trabajo actual es una especie de embellecimiento de los muros del espacio de exhibición. Los muros son la obra de arte puesto que han sido vestidos para fungir como tal, sin objetos ajenos a ella. Se escogen motivos comunes en la decoración corporal para hacer una analogía entre la piel y el muro, otorgando de esta manera, aunque sea superficialmente, cierta cualidad orgánica al espacio expositivo.


Lo que no le falta a estas piezas es sentido del humor. Son una imitación irónica de los vicios decorativos del “mal gusto” y su, con frecuencia, desafortunada habilidad para combinar ornamentos. Las composiciones son fundamentalmente incoherentes: un sagrado corazón con nochebuenas, una santa con rollos de sushi, una flor de loto con gallos, etcétera. La distorsión de los referentes originales se busca y se logra. Luján se arroja sin miramientos dentro del kitsch y el camp, estilos artísticos donde el mal gusto y la exageración son determinantes. Las frases que se ven comúnmente en, por ejemplo, autobuses urbanos, son también protagonistas de estas piezas.


El kitsch es una parte inevitable del se humano; su único antídoto es ser consiente de él. Dicho término define al arte que es considerado como una copia inferior de un estilo existente. También se utiliza el término kitsch en un sentido más libre para referirse a cualquier arte que es pretencioso, pasado de moda o de mal gusto; una obra de arte o un suceso que tiene características vulgares, de mal gusto o popular. La palabra probablemente pueda ser comparada con el término naco, pero a diferencia de ésta, lo que se define como kitsch, aunque de mal gusto, adquiere una valoración artística o por lo menos positiva.


Cada pieza es una cuidadosa selección de signos empleados en imágenes de la cultura popular. Ciertos elementos son tomados y recombinados generando una nueva sintaxis. Independientemente de referencias a corrientes estéticas, las piezas que Ricardo Luján nos muestra son relevantes no por su erudición ni por el uso de la ironía o el sarcasmo. Lo relevante en ellas es la resignificación de los símbolos empleados, la descontextualización y recontextualización de los signos: Pura gramática, pura sintaxis y la asignación y posibilidad de nuevas formas de lecturas a referentes ya conocidos y las paradojas visuales que se nos presentan en cada pieza.
Jorge Armando Ortega del Campo
Durango, Dgo., verano de 2005


Estas son imágenes de algunas de las piezas que se exhiben ahora en Regato208 / Espacio de Arte Contemporáneo en la exposición Pimper de Ricardo Luján.


Dios me ayude
Acrílico sobre muro
Medidas variables
2007



En ti confío
Acrílico sobre muro
Medidas variables
2007



Jesus is my home
Acrílico sobre muro
Medidas variables
2007


Angie
Acrílico sobre muro
Medidas variables
2007



Proverbio oriental
Acrílico sobre muro
Medidas variables
2007

Agradecimientos

Jorge Herrera Delgado
Corín Martínez Herrera
Omar Ortiz Hernández
María de los Ángeles Murillo Martínez
Osiris Orozco Núñez
Jaime Andrade Hernández
Pablo Valdez Lucio